Campaña "La calle nunca alimenta"

Para los que nadie eligió… pero nosotros sí.

Son las 6:45 de la mañana.

En una esquina cualquiera, una figura delgada rebusca entre bolsas.

No ladra. No mueve la cola. Solo olfatea, espera, sobrevive.

Quizás anoche durmió bajo un coche.

Quizás lleva dos días sin comer.

Quizás ayer alguien lo espantó con un palo cuando intentó acercarse a una panadería.

Quizás hoy tampoco consiga nada.

Esta historia no tiene nombre.

Porque se repite una, dos, diez, mil veces al día.

Porque cada calle tiene su propio fantasma de cuatro patas.

Porque el hambre también abandona, margina, mata en silencio.

Y por eso nace esta campaña.

Porque la calle nunca alimenta.

Pero nosotros sí podemos.